Una de las leyendas más conocidas asociadas con el Camino es la de
Santo Domingo de la Calzada, pueblo donde, según el dicho popular, “cantó la gallina después de asada”. ¿Cuál es el origen de esta leyenda?
Según se cuenta, en el siglo XIV una familia alemana peregrinaba hacia Santiago cuando decidieron hacer noche en Santo Domingo. Allí, la camarera del mesón se enamora del hijo de la familia, pero al resistirse éste, le acusó falsamente de robo.
El hijo fue ahorcado, y los padres, desconsolados, no pudieron hacer
más que rezar por él. La sorpresa sucedió cuando los padres, de vuelta al Camino, pasaron por delante del cadáver de su hijo y éste comenzó a hablarles. Los padres fueron corriendo a darle la noticia al corregidor de la ciudad, que en ese momento se disponía a cenar y no deseaba que le interrumpieran. El corregidor, impaciente, les dijo: “vuestro hijo está tan vivo como esta gallina que tengo delante”… y la gallina saltó y comenzó a cantar.
Y esa es la razón por la cual, desde entonces, siempre hay un gallo y una gallina viva en la catedral.