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Los peregrinos que hacen el Camino de Santiago entre Burgos y León conocen sin duda Frómista, un pequeño pueblo conocido por la famosa iglesia románica de San Martín, y conocen también el canal junto al que transcurre el Camino en los kilómetros anteriores a la llegada a dicho pueblo. Dicho canal, el Canal de Castilla, cuenta con un largo pasado cuyos altibajos reflejan la historia de España en los tres últimos siglos.

El Canal de Castilla tuvo su origen en el siglo XVIII, en la época de la Ilustración. El Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, como parte de sus proyectos para la modernización del país, decidió promover esta idea como forma de mejorar la comunicación entre la meseta y las zonas costeras del país. (Recordemos que antes de la aparición del ferrocarril, el transporte por tierra de mercancías era terriblemente difícil, y más en un país tan montañoso como España). Su proyecto, que se comenzó a construir en 1753, tenía inicialmente cuatro canales, que unirían Segovia con Reinosa, en Santander. De este modo, la producción de trigo de Castilla (especialmente de la región de Tierra de Campos, en Palencia) podría ser exportada al extranjero a través del puerto de Santander.

Como se ve, se trata de una obra increíblemente ambiciosa, especialmente para el siglo XVIII, y no resulta extraño que la obra se paralizara varias veces. Sin embargo, para 1791 se logró terminar ya una parte del Ramal del Norte, entre Alar del Rey y Calahorra de Ribas. Este tramo es el que podemos ver en la actualidad en el Camino al pasar por Frómista.

La Guerra de Independencia de 1808 interrumpió la construcción del proyecto, y a su fin, el estado de las arcas públicas obligó al rey Fernando VII a conceder la construcción del canal a una empresa privada. Las guerras carlistas de la década de 1830 supusieron un nuevo retraso, y el canal no se dio por terminado hasta 1849, casi un siglo después de su inicio. Para entonces, la aparición del ferrocarril ya había hecho el canal obsoleto, y parte del proyecto inicial (el ramal sur, que llegaba hasta Segovia, y la parte del Ramal Norte que llegaba hasta Santander) nunca se llegó a construir.

A pesar de ello, el canal supuso un impulso económico para las regiones por las que cruzaba, gracias al uso del agua par regadíos, así como la construcción de molinos en sus esclusas.

El Canal en la actualidad

En la actualidad, el Canal de Castilla sigue abasteciendo de agua a las ciudades cercanas y de regadíos a los campos, pero se ha convertido también en un lugar de ocio y el turismo. Sus instalaciones (esclusas, molinos, dársenas…) tienen un gran valor histórico, y el conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991. Además, en los alrededores del canal se han formado una serie de humedales de gran valor ecológico, con distintas especies de aves como el avetoro o el carricerín. Algunos tramos son navegables, y en ellos se pueden realizar excursiones guiadas en barco, así como practicar el piragüismo.

El Canal de Castilla y el Camino

El punto de encuentro más conocido entre el Canal y el Camino de Santiago se encuentra, como ya hemos dicho, en el Camino Francés, en el tramo entre Boadilla del Camino y Frómista (existe también otro punto de encuentro en Herrera de Pisuerga, pueblo por el que pasa el Camino del Norte en la variante del Besaya).

Nuestra primera vista del canal tendrá lugar poco después de salir de Boadilla, tras caminar unos 1.7 km. A partir de ahí, tendremos el canal a nuestra derecha durante todo el trayecto hasta llegar a Frómista. Poco antes de llegar a dicho pueblo, nos podemos encontrar con la antigua casa del esclusero, convertida en la actualidad en oficina de turismo. Para llegar al pueblo debemos pasar por un pequeño puente que cruza el canal, y desde él podemos disfrutar de la perspectiva única de la famosa esclusa cuádruple del canal, el desnivel más pronunciado en todo el trayecto de éste. Estamos seguros de que todos los peregrinos se han hecho al menos una foto desde este lugar.

Recorridos turísticos en barco

Otra de las atracciones de las que podemos disfrutar en el Canal son los recorridos turísticos fluviales. En la misma casa del esclusero que hemos mencionado arriba, tenemos a nuestra disposición el buque “Juan de Hómar”, que realiza el recorrido entre Frómista y Boadilla del Camino (ida y vuelta). Dicha iniciativa comenzó en otoño de 2018, y ha continuado funcionando hasta la paralización de actividades por el Covid en 2020.

De cara al año Jacobeo 2021-2022, el buque tiene previsto operar normalmente tan pronto como comience la temporada del Camino, aunque con las restricciones en el número de pasajeros obligadas por razones sanitarias. Su horario, según nos han confirmado, será:

Para más información, se puede ir a la página de Facebook Palencia Turismo, o al nº de teléfono 673 368 486.

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