Cuando nos referimos al Camino Primitivo, hablamos probablemente de una de las más desconocidas rutas del Camino de Santiago, sin embargo, fue el primero en ser descubierto. Y guarda una cantidad de sorpresas que merecen la pena descubrir.
El Camino Primitivo fue, como comentábamos, la senda del primer Camino conocido, y fue la que tomó Alfonso II el Casto en el siglo IX para visitar la tumba del Apóstol Santiago, por aquel entonces recién descubierta.
En esta senda del Camino de Santiago encontraremos una muy buena señalización; por lo que será difícil perderse en cualquiera de sus etapas. Una senda que reúne además zonas perfectamente transitables, y de no mucha dificultad. Una ruta en la que los caminos se encuentran limpios, debido a los trabajos y al paso del ganado a diario. Una zona de paisajes verdes, que a pesar del barro que recibe a los peregrinos en épocas de invierno, merece muchísimo la pena conocer.
De esta manera, el Camino Primitivo, que sigue las huellas del primer peregrino, recorre zonas espectaculares de Asturias y León, y se adentra en Galicia por otras que no le envidian nada. Es un camino menos masificado que otros, y que recorre zonas frondosas y verdes.