Además de los restos del apóstol, uno de los tesoros más preciosos que se custodian en la catedral de Santiago es el llamado “Codex calixtinus”, también conocido popularmente como “la primera guía del Camino de Santiago”, escrita en el siglo XII.
El “Codex calixtinus” es un manuscrito medieval datado aproximadamente sobre el año 1140, que contiene la copia más antigua del llamado “Liber Sancti Iacobi”, una recopilación de misas, cantos, sermones y milagros relacionados con el apóstol Santiago. De dicha recopilación existen actualmente unas doce copias en toda Europa, siendo la más antigua, como ya se ha dicho, la guardada en la catedral.
El códice, o más bien el “Liber Sancti Iacobi”, comienza con una carta escrita supuestamente por el papa Calixto II (de donde viene el nombre del manuscrito), y continúa con cinco libros, que contienen:
- Textos litúrgicos (sermones, misas) relacionados con el culto al apóstol Santiago.
- Relatos de milagros realizados por el apóstol.
- Un relato del traslado del cuerpo del santo a Compostela. (En este libro aparece la primera referencia a las conchas como símbolo de la peregrinación jacobea, al recogerlas los primeros peregrinos en la playa como prueba de su llegada a Santiago).
- Un relato de la entrada de Carlomagno en la Península y de la aparición del apóstol a éste (la campaña ibérica de Carlomagno incluye su célebre derrota en la batalla de Roncesvalles, que inspiró el famoso Cantar de Roldán. Dichos hechos históricos también aparecen en este libro).
- Una guía del peregrino medieval, con un listado de los ríos, pueblos, albergues, iglesias… que se puede encontrar en su recorrido.
Este último libro, el quinto, es el más conocido, y el que le ha ganado al códice el apelativo de “primera guía del peregrino”. Durante décadas, los historiadores se han apoyado en este libro para conocer detalles de los pueblos del Camino, tal como eran durante la Edad Media, así como de la peregrinación jacobea durante esta época.
En cuanto a la autoría del libro, se ha atribuido tradicionalmente al monje francés Aymeric Picaud, que acompañó al papa Calixto II en su peregrinación a Santiago en 1109, y que probablemente aprovechó su viaje para compilar la información que aparece en el libro quinto. Sin embargo, dicha autoría es puesta hoy en duda por algunos historiadores.
Por último, no podemos evitar reseñar la ocasión en que el “Codex calixtinus”, un manuscrito de cientos de años de historia, saltó a las portadas de los periódicos en 2011, cuando desapareció de la catedral de Santiago. Tras varios meses de investigación, la policía fue al fin capaz de recuperarlo y arrestar al culpable, un electricista que trabajaba en la catedral.